martes, 21 de abril de 2015

Aujourd'hui



21/abril/2015
12:44pm

Hoy amanecí odiándolo, odiándome…

Hoy al despertar en medio del insomnio quería su muerte, quería la mía.

Hoy en las pesadillas que el no dormir me permitía tener, quería borrar todo rastro de su recuerdo en mí, todo rastro de que yo existo.

Hoy al levantarme en medio de lágrimas deseaba su ausencia completa en mi ser, mi ausencia completa en este mundo.

Hoy al intentar continuar un día más, anhelaba que la memoria del olvido se fuese de viaje, y que me llevara con ella al otro mundo, y a él también.

Hoy entre canciones y lecturas deseaba regresar el tiempo, silenciar mis palabras, hacer caso omiso a las suyas.

Hoy mientras todo esto pasaba, ese viejo “amigo” volvió acosarme, a tentarme, a “ayudarme”, diciéndome que con eso él también estará bien.

Hoy cuando este hablaba, Aquel me reconfortaba, y sabía por alguna razón extraña que Aquel lo quería bien, y a mí también.

Hoy en los momentos que mis ojos no paraban de decir lo que mi mente no podía callar, tuve que decidir confiar en Aquel o morir en el intento.

Hoy después de escucharlo y creer en Aquel, viví perdonándolo, perdonándome

Hoy por enésima vez, vuelvo a soltar las riendas y decido que sea Él quien las tome, en mi vida, y espero también que en la de él.

Hoy mientras todo vuelve a Su orden perfecto, descansaré en Sus promesas sobre mí.



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